Archive for 18 marzo, 2018

1818

MARY

Dio por finalizada su criatura, su monstruosa criatura. La última palabra escrita dejó una gruesa gota de tinta que traspasó el papel. Ella lloraba, emocionada por la historia gestada y parida. O es posible que, simplemente, la ceniza con la que el volcán Tambora trataba de hablarle a miles de kilómetros, le entrara en los ojos.

FRANKENSTEIN

Las niñas que ven Frankenstein en el cine, saben que los monstruos existen. Y quieren jugar con él. ¿Quién soy yo?, se pregunta desde el otro lado de la pantalla. Ellas le dan la mano y se lo llevan hacia las colmenas. Saben que las abejas no le harán ningún daño y confían en que, gracias a él, podrán encontrar en medio del enjambrado caos sonoro, ese dulce orden geométrico que tanto necesitan. ¿Quién soy yo?, les vuelve a preguntar…

VICTOR

El científico huyó: sin maleta y sin responsabilidad. Y al cerrar la puerta del laboratorio, se olvidó el apellido dentro.

PROMETEO

Prometeo apagó el fuego y encendió el ordenador. Se buscó en Wikipedia y editó el contenido: ya nada volvería a ser igual sin Stephen.

(Microrrelatos nacidos al calor del 200 aniversario de la publicación de la novela Frankenstein, de Mary Shelley)

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Gazpachas

PARAÍSO

Los pies balanceándose, rozando la planta descalza sobre la hierba recién regada. La mujer se relaja, después de un intenso día de trabajo para sacar adelante la nueva cosecha y saborea a pequeños sorbos la sidra, que sabe a paraíso. El dulzor y las burbujas se mezclan en su garganta y mientras el líquido se va integrando en sus venas, observa el horizonte. Los manzanos se pierden en el límite de su mirada, serpenteando al son del viento, y la fruta, roja, rosácea y verde, se contonea con picardía. El intenso olor de las costillas a la brasa le avisan de que ya es hora de cenar.

Eva: ave libre, mujer feliz.

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