Una de las primeras cosas que hizo David cuando cumplió los ocho años, fue sacarse el carnet de la biblioteca que tenía al lado de casa. Ésta pertenecía a Caja Madrid y, en ella, pasó largas horas acompañado de SúperLópez, o Mortadelo y Filemón; allí conoció otras realidades de la mano de Vázquez Figueroa y descubrió su pasión por la literatura fantástica. Años más tarde, la biblioteca se convirtió en el lugar donde poder estudiar los exámenes y sacar aquellos libros que le interesaban, sin necesidad de acumularlos en las estanterías de su casa. Casi treinta años después, la biblioteca cerró para ser reformada. Read more