Lo que veis en la fotografía es un bache en medio de una calle residencial. Es el bache con el que comienza y termina la cuarta temporada de la magnífica serie “Treme”, aquel en el que queda encallado uno de los personajes, y que vamos asistiendo a la evidencia de que no hay ningún interés en arreglarlo. Un bache que tras la celebración del carnaval, acaba adquiriendo vida propia, tal cual puede apreciarse en la imagen.
Hace cinco semanas, las escaleras mecánicas de bajada de la línea de metro que suelo utilizar, se estropearon. Desde entonces, he visto bajar con gran dificultad a personas mayores, he tenido que ayudar a alguna que otra mujer que llevaba un carrito de bebé, asistido a las virguerías que algunos han hecho para poder cargar con su equipaje, y visto algún que otro traspiés, al pretender bajar con más velocidad de la posible, para poder coger el metro a tiempo.
El bache de la imagen, es algo más que un simple agujero en el suelo. Es un símbolo de olvido, dejadez y desidia: la de los poderes supuestamente capacitados para mantener en condiciones óptimas una ciudad; la del “para qué si no corre prisa”; la de la deshumanización de quienes tratan a los ciudadanos como imbéciles crédulos que van a aguntarlo todo.
Cuando en las movilizaciones acontecidas hace unos días en Burgos, un periodista de RTVE fue corregido en directo por un par de ciudadanos, Alfredo Menéndez (presentador de Las mañanas de Radio Nacional), pedía, por favor, que se dejara trabajar a los compañeros sin que peligre su integridad. Yo creía que contar los acontecimientos sin inventar datos, recurrir a los protagonistas para contrastar la noticia y, de ese modo, poder ofrecer una información más cercana a la objetividad, era la aspiración del periodismo. Pero veo que, lamentablemente, que nos cuenten la verdad, se está convirtiendo en otro bache abandonado que van cubriendo de guirnaldas para entretenernos y hacernos mirar para otro lado.
Tuiavii de Tiavea fue el jefe de una comunidad samoana que a principios del siglo XX, viajó a Europa por primera vez. Al observar con sorpresa el modo de vida que allí encontró, trasladó sus impresiones a su pueblo, y éstas, fueron publicadas en el muy recomendable libro “Los Papalagi” («Los hombres blancos”). En él, Tuiavii habla, entre otras cosas, de lo que para él eran los muchos papeles, es decir, los periódicos, y dice:
“Los muchos papeles tratan de modelar cada cabeza a una forma (…). Quieren que todo el mundo comparta su cabeza y sus pensamientos, y saben cómo llevar eso a cabo (…), hace pensamientos débiles, carentes de dignidad y fuerza. Llenan nuestras cabezas con arena (…)”
Cada mañana, a eso de las 8:10 apróximadamente, en el programa “Hoy empieza Todo” de Radio 3, Pablo González Batista ofrece unos breves minutos de noticias. Unos minutos que se hacen cortos, pero que son bien intensos, tanto como divertidos, no solo porque la realidad de risa, sino por su capacidad para hacerte empezar la mañana con una sonrisa, aún tratando temas de lo más serio. Os lo recomiendo.
Porque el bache de “Treme” y las escaleras del metro, son solo pequeños ejemplos de crispación (o de crispacitis), y de eso sabemos cada vez más.
Crispación, mala leche. En fin, nos queda el que parece que hay espacios que pueden servir para contrastar algo la información. No obstante, queda para las personas que se preocupan, ¿cuánta gente no piensa en lo que se les cuenta está reflejando sólo una cara de la moneda?
Por otro lado, como aparece en Tremé, podemos tener esperanzas en la movilización social, en el resurgir de una conciencia de rebelión de los individuos para movilizar y cambiar su entorno.
Me encanta Tremé, y me encanta el proceso que sigue el bache. Todo lo feo e inútil puede convertirse en algo bello.
Un abrazo,
David