PARAÍSO
Los pies balanceándose, rozando la planta descalza sobre la hierba recién regada. La mujer se relaja, después de un intenso día de trabajo para sacar adelante la nueva cosecha y saborea a pequeños sorbos la sidra, que sabe a paraíso. El dulzor y las burbujas se mezclan en su garganta y mientras el líquido se va integrando en sus venas, observa el horizonte. Los manzanos se pierden en el límite de su mirada, serpenteando al son del viento, y la fruta, roja, rosácea y verde, se contonea con picardía. El intenso olor de las costillas a la brasa le avisan de que ya es hora de cenar.
Eva: ave libre, mujer feliz.
El sabor de la libertad
Perfecto para este maravilloso -y muy reivindicativo- día!
Felicidades en todos los sentidos.
Qué manera de fluir, de liberarse… ojalá se tornara en algo cotidiano, ojalá nunca llamaran la atención tantas y tantas cosas. Gracias por tan profunda y ligera reflexión 🙂
Gracias por abrir esa ventana, y mostrarnos lo que se ve.
que pasen las manzanas primero
Felicidades.