¿Qué es un hombre?: lo que no es una mujer, podríamos decir por eliminación; un ser humano, si nos acogemos a una óptica antropológica; un actor social, diríamos usando términos sociológicos. Si nos vamos a la definición que la RAE proporciona, la primera acepción es Ser animado racional, varón o mujer, lo cual deja una agradable sensación de igualdad que, al avanzar hasta la tercera, se topa con un Individuo que tiene cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza.
Yo no soy hombre, pero vivo rodeada de ellos: de todas las edades, de muy diversos modos de ser y pensar, actuar, sentir y manifestarse. En realidad, creo firmemente que, tal y como decía Simone de Beauvoir, el hombre, al igual que la mujer, no nace sino que, más bien, se hace. Y se hace, cada cual, aderezado con los sabores que su particular recorrido personal, le aporta: por ser de una etnia u otra, por haber recibido según qué educación, por pertenecer a cierta generación, por tener gustos concretos, perspectivas vitales diversas o caracteres diferentes. Pero, a pesar de ello, seguimos dejándonos llevar por la comodidad de creer que el hombre, como realidad masculina, debe ser, sentir y comportarse como tal, es decir, del único modo que ofrece una definición cerrada, trastornándonos los ejemplos que rompen con un falso estereotipo (valga la redundancia) que convierte en rarezas, simples diversidades. Es así como se toma por excepcional aquello que, simplemente, es una forma libre de manifestarse. Porque la construcción de lo que es ser hombre, (en masculino), es una construcción estática, aparentemente inamovible, pero como tal construcción, puede ser deconstruida. Y necesita serlo. Un hombre es y será, algo más que su naturaleza, su orientación sexual o aquello que, socialmente, es valorado como apropiado en su conducta; es hombre gracias a ello, a pesar de y más allá de todo.
Dice el director de cine Cesc Gay, a propósito del estreno de su última película (“Una pistola en cada mano”), que cuando va al cine y su chica llora de emoción, la ve feliz y, sin embargo, lo absurdo es que él tienda a reprimir ese llanto. Como sociedad, pensamos haber avanzado mucho en lo que a igualdad de género se refiere, pero sigue habiendo un desequilibrio más que evidente en permitir que, el hombre, pueda ocupar ámbitos tradicionalmente asignados a la mujer, a la hora de poder construir su identidad sin límites ni miedos.
De regreso en coche, el pasado sábado, de estar unos días por Bilbao, llegué a leer hasta en un par de ocasiones, pintadas en la carretera que llamaron mi atención. Su contenido era, para mí, novedoso, pues nunca antes había leído semejante reivindicación en forma de pintada: “Custodia compartida”, decía. ¿Por qué motivo le negamos al hombre su derecho a ser afectivo, sensible, cuidadoso, a dar y recibir apoyo, a mostrar debilidad?, ¿por qué seguimos reproduciendo un modelo sociocultural que le condena a ser obligatoriamente fuerte, tanto física como emocionalmente, exitoso a nivel social y prioritario sostenedor del núcleo familiar?, ¿por qué responder a todas esas opciones parece algo absoluto y evitarlas, combinarlas con alternativas fuera del género masculino o construir otras nuevas, sigue creando en quien apuesta por ello, cierto estigma?
Piper Txuriak es el nombre del grupo de Hombres por la Igualdad de Bilbao que han realizado, de nuevo, un precioso calendario (con el apoyo de varias instituciones) sobre nuevas masculinidades, con el que pretenden recordarnos, día a día, que la igualdad la construimos a cada instante, todas y todos. Siguiendo las palabras del director Cesc Gay, si los hombres tuvieran una relación más sincera con sus emociones, posiblemente, vivirían más tranquilos y ello beneficiaría, sin lugar a dudas, al resto de la humanidad. ¿Y entonces, a qué estamos esperando?
Yo soy un llorón empedernido…
En general esta sociedad asocia la sensibilidad del hombre contrariamente proporcional a su masculinidad, no se acepta que se pueda ser sensible y machote.
Por cierto,¿habéis tomado ya gazpacho?
Besos sin final…dice la canción que nos recomienda Virginia.Y es a lo que debe saber un gazpacho que no deja de tomarse en cualquier época del año.
Como los cachitos de pensares,sentires y vivires que la escritora nos trasmite en su blog.
Como tener la suerte de conocer de cerca una unidad de convivencia formada por una mujer,un niño de casi dos añitos y cuatro hombres,entre ellos el padre.
Pues,igual que venden tomate de enero a diciembre,y no renunciamos a él,permitámonos disfrutar del sabor que deja un hombre sensible.
¡Enhorabuena por el blog Virginia! Gracias por compartir estas reflexiones, que invitan a plantearse ciertas ideas de otra manera.
En relación con esta última entrada, yo también estuve hace poco en Bilbao y me llamaron mucho la atención las mismas pintadas que señalas.
Creo que quizá el cambio que se está produciendo en el rol de los hombres puede estar relacionado con el cambio que se ha producido en el rol de las mujeres. Me llamó mucho la atención el otro día en el telediario cuando, a raíz de una exposición sobre el bañador en el Museo del Traje, dijeron que las mujeres habían empezado a bañarse en el mar por prescripción médica a principios del siglo pasado.
Por cierto, yo también soy un poco antigua y creo en el amor…
¡¡¡Qué dificil es ser hombre!!!, sé que esta afirmación puede ser puesta en tela de juicio, ya que alguién dirá que «es más dificil ser mujer». Dejémoslo en ¡¡¡qué dificil ser persona!!!.
Me pregunto lo dificil que tiene que ser para aquellas personas que siguen anclados en los modos de ser «hombre» o «mujer» que se nos vendían o se nos venden.
Supongo que a mí me va bien siguiendo la estela de este ejemplo que nos aporta Virginia. Hombres diferentes, que abogan por la igualdad diversa.
Un saludo,
David
Es la primera vez que me asomo a un cachito de ti: Gracias por esta oportunidad.
Ser o no ser, desde este matrix ya es clasificar, alienar o juzguar si eres o no eres… que más dá si esto o más allá, simplemente seamos lo que seamos si estamos dentro de esta clasificación no seremos lo que somos desde la libertad del ser… solo ya por anatomia ya estamos clasificados…Por favor no caigamos en convencionalismos aunque sean pogres de ser o no ser…
¡Me encanta! Después de leerme casi todo lo publicado en el blog espero que te pongas en contacto con tu amigo Víctor Sánchez para llevar a cabo lo que hablamos 😉
Un abrazo