Primera parada.
A la niña con abrigo rojo que viaja en el metro, no le gusta que le digan que se parece a Caperucita; ella tiene abuela pero la ve muy poco, porque vive en un sexto piso sin ascensor y su madre no tiene nunca tiempo para visitarla. Y esa señora que ahora entra por la puerta del vagón y a la que se le nota en la cara que nunca vio un lobo de cerca, le recuerda mucho a ella.
Segunda parada.
La niña con diadema roja que se aburre porque todavía le quedan otras ocho estaciones hasta llegar a su destino, no verá nunca La mujer de rojo, porque es una película de 1984 y ese año nació su madre. Así que cuando el vestido de una mujer que camina por el andén empieza a bailar con la ráfaga de aire que despide el metro, la niña bosteza y se adormila.
Tercera parada.
La niña con mallas rojas que cumplirá once años dentro de tres meses, no sabe si las nubes huelen pero siente que el arañazo que su gato le hizo anoche todavía le sangra por debajo de la tirita. Se la quita y la herida gotea sobre el suelo, dejando una pequeña mancha a sus pies que rápidamente tapa con el zapato.
Cuarta parada.
La niña con bufanda roja es daltónica y el negro es su color preferido. Le encanta el baloncesto pero en su casa siempre se ve fútbol, y no entiende que su abuela llame roja a su otra abuela -la del sexto piso sin ascensor-, si en realidad no le gusta nada la selección.
La niña de rojo llega a su parada, se levanta y pasa por encima de la mancha que tapaba con el zapato. Al salir del vagón, un fuerte olor a chicle de cereza se le pega en la ropa. Camina por el subterráneo, alejándose de la línea roja de metro hasta girar en una esquina del pasillo, donde toma otra dirección hacia la línea azul.
La niña con camiseta morada…
¡Fantástico! Me ha encantado.
¡¡Más, más!!
…. Para que luego digan que el (Metro) no es un espacio de estudio, reflexión y vivero de historias…
Gracias …
Yo también quiero más 😀
Mmmmmm,rico.