Marilyn

Al principio pensó en Ava: la primera mujer, el animal más bello del mundo -como se la conocía en Hollywood-, una mujer de verdad, capaz de enamorar y enamorarse de los hombres más variopintos, capaz de caminar descalza y seguir siendo toda una condesa.
Luego cambió de idea; mejor Audrey, sí, tan delicada, una muñequita de porcelana frágil como el cristal de Bohemia.
Pero pronto creyó haber encontrado la definitiva, ¿cómo no se le había ocurrido antes? Tenía que ser Grace, toda una princesa dentro y fuera de la pantalla, la perfección en medio del suspense.

¿Y probar con algo más atrevido? Vivien, claro, la Escarlata impertinente y ambiciosa, guiada por sus caprichos y manipuladora hasta el tuétano pero dura, resistente ante las dificultades. Una luchadora nata.
Marlene sonaba más rotundo. Una señora respetable y respetada, adelantada a su tiempo, a su sexo, transgresora de su género.
Al final, después de darle miles de vueltas y repasar mentalmente los nombres de las mejores actrices del star system, llegó hasta ella: Marilyn. ¡Lo reunía todo! Belleza, vulnerabilidad, inteligencia, sensualidad, dulzura, sexo y tormento al mismo tiempo. Clásica e inmortal.

Y con ese nombre se quedó, Marilyn. Coqueta y presumida como ella sola, siempre con una boa de plumas alrededor del cuello que lucía orgullosa desde su rinconcito de la Casa de Campo -aquel que ya era suyo por derecho en medio de aquella jungla de asfalto-. Ocultando sus piernas bajo unos calentadores color rosa chicle, imprescindibles sobre todo cuando iba a buscar su dosis diaria de metadona. Elegante, inconfundible con aquella peluca rubia platino que le picaba a rabiar, pero con la que buscaba dignidad ante las miradas arrogantes (y porque los caballeros las prefieren rubias). Frágil, poca cosa, pero resistente. Una corista de la calle que nació príncipe, soñando vivir con faldas y a lo loco.

Exposición Casa de las Conchas (Salamanca)

Exposición Casa de las Conchas (Salamanca)

Share

4 comments

  1. Terenci dice:

    Un acierto la elección 🙂

  2. David dice:

    Basado en hechos reales. La verdad es que esta historia me emociona. Me recuerda a la verdadera Marylin, a la que yo conocí cuando trabajaba en el Centro de Tratramiento de Personas con problemas de adicciones, de Cruz Roja.
    Vir, gracias por rendirle este homenaje, supongo que sigue viva gracias a mi recuerdo y a este cuento.

  3. Ana Poveda dice:

    Sería fantástico que tu personaje, seguro real, leyera lo que escribiste sobre ella.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *